En el sistema marcario, el uso de la marca cumple un rol central para la conservación del derecho adquirido. Aunque la inscripción de una marca otorga un monopolio temporal de 10 años, ese derecho está condicionado a que la marca efectivamente se utilice en el mercado. A continuación repasamos los principales aspectos a tener en cuenta.
Cuándo debe acreditarse el uso
La Ley de Marcas N.º 22.362 impone la obligación de usar las marcas.
- Solo pueden renovarse aquellas que hayan sido utilizadas (art. 5).
- Entre el quinto y sexto año de vigencia, el titular debe presentar una Declaración Jurada de Uso de Medio Término (DJUMT) sobre el uso que hubiere hecho de la marca hasta ese momento (art. 26).
Sin embargo, ni en la renovación ni en la DJUMT se exige acreditar el uso con pruebas documentales. Basta la sola declaración del titular.
De todas formas, esa manifestación debe ser veraz. Si la marca no estuviese en uso, el registro podría ser susceptible de caducidad y la renovación acusada de nulidad por estar basada en una declaración falsa.
Ahora bien, cuando un tercero inicia una acción de caducidad por falta de uso, el escenario cambia: el titular debe acreditar con pruebas fehacientes el uso de la marca durante los cinco años anteriores a la demanda.
Aquí cobra relevancia conocer qué uso resulta válido y qué documentos pueden presentarse como prueba.
Carga de la prueba
La carga de probar el uso de una marca acusada de caducidad pesa mayormente sobre el titular de la misma.
La jurisprudencia mayoritaria en argentina sostiene que la carga de la prueba recae sobre el titular, porque es quien cuenta con mejores posibilidades y facilidad para aportar esa evidencias. Al demandante solo se le puede exigir acreditar mínimamente el “no uso”, ya que demostrar un hecho negativo es muy difícil.
¿Qué se entiende por uso válido de una marca?
La ley, así como la doctrina y la jurisprudencia, han fijado algunas pautas sobre cómo debe ser el uso para que se considere válido a los efectos de mantener vigente el registro:
De los arts. 5 y 26 de la Ley de Marcas surge que la marca debe ser usada:
- en la comercialización de un producto,
- en la prestación de un servicio, o
- como parte de la designación de una actividad vinculada a esos productos o servicios.
- La marca debe ser utilizada en el país. Es decir, el producto o servicio debe estar efectivamente disponible en el mercado argentino.
- Según la doctrina y la jurisprudencia, el uso debe ser claro, serio e inequívoco.
- La marca debe usarse tal como fue registrada, aunque se admiten mínimas variaciones que no alteren su carácter distintivo.
- En cuanto a la intensidad del uso, la ley no establece un umbral mínimo. La cantidad o frecuencia de ventas o de servicios prestados será valorada caso por caso, en función de la naturaleza del producto o servicio.
Uso de marcas en internet
El uso en plataformas digitales o sitios web puede considerarse válido siempre que esté dirigido a consumidores argentinos. Esto implica que la oferta de productos o servicios sea accesible en el país, y no se limite a un mercado extranjero.
¿Qué pruebas sirven para acreditar el uso?
Algunos ejemplos de pruebas útiles son:
- Facturas o tickets de venta emitidos a clientes en Argentina.
- Remitos que acrediten la distribución de productos.
- Material publicitario (anuncios en medios locales, banners digitales).
- Contratos de prestación de servicios en los que figure la marca.
- Capturas de páginas web, acompañadas de certificaciones que demuestren disponibilidad en Argentina.
- Registros de redes sociales con evidencia de interacción local.
- Certificaciones contables que acrediten las ventas de productos o servicios.
Mantener registros organizados y actualizados es la estrategia más segura para evitar riesgos y sostener la vigencia de un derecho marcario.
Nuestro equipo asiste regularmente a clientes locales y extranjeros en la preparación de pruebas de uso y en la defensa de acciones de caducidad.
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